jueves, 15 de septiembre de 2011

EN BUSCA DEL CUADRADO

El tema del cuadrado es abordado por un sinnúmero de ciencias, disciplinas, artes y profesiones: las matemáticas, el arte, la arquitectura, la ornamentación, los juegos, la ilustración, el diseño gráfico y las manualidades entre otras.
El descubrimiento conceptual del cuadrado puede adjudicarse a los egipcios.
El cuadrado no es un producto de la naturaleza, sino del hombre; hace parte de sus reflexiones más íntimas.
Proyectando el cuadrado en tres dimensiones, obtendremos un cubo; es decir, cuatro lados iguales unidos a ángulos internos iguales.
El cuadrado es una figura centrífuga: nace del centro, no obstante, para construirlo se va de afuera hacia adentro. Se dibuja una línea y, con relación a un centro visual, se ubica cada una de las demás rectas. Esta doble naturaleza plástica es la que convierte al cuadrado en una figura única.
Los cuatro ángulos y lados que posee el cubo tienen muchas connotaciones simbólicas que son utilizadas por el hombre, pues, cuatro son las estaciones, cuatro los puntos cardinales, cuatro los elementos, cuatro las fases lunares, hasta la tierra medida por sus cuatro horizontes es también cuadrada. Según Jung, la organización de la psique humana descansa sobre las cuatro funciones fundamentales de la conciencia: percibir, intuir, sentir y reflexionar, y hasta los árabes y los judíos adjudican cuatro letras al nombre divino de su Dios: ALLH y JHVH respectivamente..
Una interesante forma de diseccionar un cuadrado, es un ejercicio de inteligencia nacido en Alemania llamado  “Cuadrando el cuadrado”, que consiste en subdividir un cuadrado en cuadrados menores de los cuales ninguno sea igual a otro. Muchos estudiosos sostienen que sólo es posible subdividirlo en nueve cuadrados, aunque T:H: Willcocks (EEUU) lo subdividió en un número mucho mayor.
En cuanto a la arquitectura antigua, la presencia del cuadrado tiene un interés más religioso que funcional; en cambio, en nuestros tiempos podemos afirmar que esos mismos cuadrados arquitectónicos están más relacionados con el tema estético y funcional que con el tema simbólico. Allí el cuadrado representa una igualdad de fuerzas, una austeridad en el entorno y una neutralidad contextual.
En la plástica, la presencia del cuadrado obedece simultáneamente a dos premisas: una externa producto del formato de la superficie sobre la cual se va a trabajar, y una interna generada por el mismo artista quien decide trabajar con unas proporciones espaciales específicas.
Cuadrado de Malevich

En 1913 el artista ruso KasimirMalevich, pintó un cuadrado negro sobre un fondo blanco y lo exhibió ante el público y la crítica, en quienes no cayó bien la propuesta o simplemente no la entendieron. El mismo artista lo calificó como “Un desesperado esfuerzo por liberar el arte de la inútil carga del objeto”. Malevich sostiene que lo único verdaderamente auténtico es la sensibilidad. “El cuadrado que había exhibido no era un cuadrado vacío, era la sensibilidad libre del objeto. La pintura ha sido sobrecogida por el tiempo, y el pintor es un prejuicio del pasado”.
Cuadrado de Albers

El pintor alemán Josef Albers (1888-1976) basa la mayor parte de su obra en el patrón geométrico del cuadrado. Uno de sus cuadros más conocidos es el titulado “Homenaje al cuadrado”, donde intenta engañar el ojo del observador mediante la utilización de colores yuxtapuestos.
Para los miembros del suprematismo y del stijl, el cuadrado y el rectángulo constituían en sí mismos un fin. Para Albers éstos se encuentran subordinados a las influencias y cambios constantes del color y la luz.
Cuadrado de Escher

Maurits Cornelius Escher (1898-1972) también se interesó en el tema del cuadrado, y lo utilizó en varias de sus “figuras imposibles”.
Cuadrado de Consuegra

David Consuegra, artista plástico colombiano, utilizó la geometría del cuadrado para pintar su cuadro “Homenaje al tricolor”.
En síntesis, el cuadrado no sólo está ligado a las ciencias, las profesiones y las artes; también lo está en las tareas comunes y cotidianas del hombre. En los objetos y las construcciones: en las casas y edificios, en las ventanas y rejas, en la forma del monitor del PC, del televisor o del DVD, en el papel cuadriculado del arquitecto, en la mesa del dibujante, en el comedor y la sala, en las baldosas del piso y los mosaicos del baño, en las diapositivas y la imagen proyectada por el cine, en los tejidos y bordados, en el tablero de ajedrez y la mesa de billar, en los pixeles y las señales de tránsito, y un largo etcétera, que nos da evidencia suficiente del valor no sólo funcional sino estético que  posee esa invención humana llamada cuadrado.

Extractos del libro “En busca del cuadrado”, de David Consuegra. Editorial UNAL de Colombia. Bogotá 1992.)


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